Luca
el
que no sabe anclarse a tierra firme
el
que prefiere andar en la música del barro
un
lugar lejano
en donde su vida solamente es el disparate intraducible de otro idioma
en donde su vida solamente es el disparate intraducible de otro idioma
Luca
su
nombre un nimio adorno
la
levedad de ser anónimo
una
siesta de floripondio
la
incomodidad de la búsqueda
Luca
el
que se extingue en su albergue
en
la soledad de un ruin sombre
antes que descender al peligroso abrazo del serpentario
mundo
antes que descender al peligroso abrazo del serpentario
mundo
mundo
el
que niega un pedazo de pan
o
el asiento sucio del trono
el
que puede transformar su vanidad
en ayuno
antes que adular
antes que adular
adular
y adular
antes
que corromper la locura
su lealtad
ni
un mantra social
ni
tampoco el titán
del
rock
solamente
él
Luca
ya
grabadas sus manos en fuego
el
futuro del muerto
las
líneas del héroe
un
camino infinitamente
corto
y bello
y bello
Alina
Kummerfeldt Quiroa, Guatemala.
2. LA MUSA DE LUCA PRODAN Y LA MÍA
En el barrio de San Telmo
Sin duda
Luca
La veía como una paloma en llamas
La hipodérmica de agua salina
La hipodérmica que tropieza en los tejados
Cuando las nubes son coros celestes en medio de las venas
Imposibles
Como un ataúd solar donde de pronto caben las
estrellas
Los ojos agrios de la media noche oxidada en una
cantina de Escocia
Los pezones gimiendo como gacelas escapadas de ese
par de manos
Que tocan a la niebla rota de los escaparates cuando
la busca
En San Telmo
Luca
Apagaba su boca como la pecera
Donde se guarda el silencio de todas las cosas
Donde la muerte lunar se escapa todas las noches en
el pico de los gallos
Y las azucenas borrachas siempre chocan con la
cintura de su musa
La que no tiene
Y sólo imagina en sus yemas de aceituna
Que desnuda la anatomía del mar
En el lugar de siempre con su dentado esqueleto de
nicotina
La mujer
Encala su voz de arteria menguante cuando gime
Su voz de nebulosa empañada por el frío
Sus senos de escalera sorda donde se escala tímida a
la noche
La mujer que se parece a la mía
Que atraviesa las duras hogueras
El guante del alba que atrapa los astros para
disecarlos
En San Telmo
Su heroína
Es un rastro luminoso
Como la mía
Que es un pulmón vestido con todas las estaciones
Con el cobre oprimido que late en el pecho
Cuando la arena llaga todos los paisajes
San Telmo es un espejo durísimo
Donde el salitre es un eclipse también hipodérmico
Donde la cirrosis hepática es solamente una broma de
mal gusto
Donde la rosa convertida en monóculo
Siempre observa desde un infarto
El rocío
Que es un sueño erizado en esa epidermis
Que solamente la luna toca en la ausencia
Esos diminutos muertos que recitan poemas desde el
cansancio.
Noé Lima, El Salvador.
Alina Kummerfeldt Quiroa
Alina Kummerfeldt Q